En el último capítulo de Redes, Ken Robinson y otros líderes en educación, reflexionan acerca de un sistema educativo obsoleto, nacido para satisfacer las necesidades de las sociedades industriales. ¿Por qué se aburren los niños y las niñas en el colegio? ¿Por qué llegan al mundo adulto sin conocer sus talentos y capacidades? La sociedad de la información actual necesita jóvenes creativos y motivados. El profesor debe de ser un facilitador, una luz, una guía.
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