A bote pronto, me sobran 498 palabras para expresar el verdadero propósito de la educación: adoctrinar y uniformar. Siempre ha sido así. Luego podemos ser políticamente correctos y adornar con florituras nuestra teoría y nuestra práctica. En este intento, se delega la mayor parte de la responsabilidad en la escuela y en los padres, y solemos olvidar que se necesita a toda la tribu para educar a una sola criatura. No solo las familias y la escuela, también (y a veces sobre todo) los medios de comunicación, la educación no formal, las instituciones (bibliotecas, ayuntamientos, museos, centros sociales), la calle… son agentes educadores y conviene tenerlo en cuenta. No creo en el sistema educativo pero creo en las posibilidades y en las buenas intenciones de cada docente. Mi propósito cuando me pongo frente a mis alumnos cada día, es dar lo mejor de mí. Mostrar lo que soy. Ser un referente adoptando una postura de acompañante y facilitadora en el proceso de aprendizaje. Suscitar interés y entusiasmo por el mundo que les rodea. Que se conozcan y se quieran. Que sepan que son seres únicos e irrepetibles, prescindibles pero insustituibles. Que descubran sus talentos y los exploten. Que sean creativos y que aprecien la belleza. Que aprendan a comunicarse con los otros, a hablar en público y a escuchar. Que sean felices, darles herramientas para que sean capaces de plantearse metas y fluir hacia ellas. Que se diviertan. Que sean críticos y buenas personas. Empoderarles para hacer un mundo mejor (más humano y más bello). Y aunque no digo nada nuevo, maldigo al que inventó el libro de texto para coartar todo el potencial y creatividad que tienen esos pequeños gigantes. En este sentido creo que tenemos mucho que aprender de los sistemas educativos alternativos, como la Pedagogía Waldorf o el Método Montessori.
Me encanta el artículo. Yo empecé igual, en la educación no formal (de hecho sigo siendo coordinador de tiempo libre)y me encanta la libertad que ofrece y lo cercana que puede llegar a ser a estas metodologías alternativas que planteas.
ResponderEliminarLa escuela tradicional tiene mucho que aprender mirando a algunos espacios de educación no formal (aunque también los hay igual de cerrados que la escuela).
Un saludo
Gracias, Alvaro, por tu comentario.
ResponderEliminarEs cierto que la educación no formal ofrece libertad y una cercanía con el alumno, con los padres... que en los sistemas complejos, desgraciadamente, se pierde. Ya que priman los plazos, el temario, el papeleo...
Un saludo