Hoy hemos estado en las jornadas de puertas abiertas de la Escuela Geroa de Troconiz. Esta pequeña y bucólica escuela situada en un precioso paraje de la llanada alavesa tiene cuatro años de andadura y utiliza la pedagogía Waldorf. La pedagogía Waldorf fue inventada por el filosofo austriaco Rudolf Steiner a principios del siglo XX. La historia es curiosa: el dueño de una fábrica de cigarrillos pidió a Rudolf Steiner que diseñara un método para educar a los hijos de sus operarios y así nació esta nueva pedagogía. En las escuelas Waldorf se trabajan tres dimensiones del ser humano: la mental, la emocional y la voluntad. Además se potencia al máximo la creatividad. De hecho, en Geroa no tienen libros de texto sino grandes cuadernos en blanco, que cada alumno llena con contenidos multicolores de inglés, geometría, botánica... y no usan goma de borrar, tienen que pensar antes de escribir. Todos los materiales que utilizan (pinturas, plastilina, lana, juguetes...) son naturales, sin plástico ni químicos. Y hay una docena de alumnos por aula. Me ha llamado especialmente la atención el proceso de lecto-escritura que emplean: cada letra simboliza un animal o una cosa. Entonces se les cuenta una historia. Por ejemplo, "un día iban Amaia y Aitor por el bosque a cortar un poco de leña y de repente, en un árbol se encuentran a una serpiente gigante..." el niño se imagina la serpiente y entonces la maestra destapa la pizarra y aparece el dibujo del árbol y la serpiente que simboliza la letra "S", por su forma y por su silbido. Pero la serpiente no tiene color, son las vocales las que le dan color. Cada vocal representa un color diferente.
Me ha parecido que esta metodología tiene aspectos muy interesantes; los seis profesores que conforman el claustro me han causado muy buena impresión; y los padres de alumnos que han tomado la palabra han demostrado satisfacción e implicación con el centro.
Como crítica decir que es un centro muy caro, el primer hijo paga 300€ y el segundo la mitad. No reciben subvenciones y por lo tanto se tienen que autogestionar. Por otra parte, a pesar de las bonanzas que pueda tener esta metodología, es una metodología muy establecida y estricta, lo que coarta, bajo mi punto de vista, desarrollar precisamente esa creatividad personal. Esa ha sido, al menos, la sensación que me ha quedado tras la demostración de lo aprendido que los niños de primaria nos han ofrecido. Me imaginaba seres creativos, despiertos, pequeños artistas, cada uno con su propia idiosincrasia... y lo que he visto han sido niños adoctrinados para tocar la flauta a dos voces, para cantar la tabla de multiplicar como loros o para recitar un poema al unísono. No he visto corazón en lo que hacían. En cualquier caso, me ha sorprendido la cantidad de curiosos que nos hemos acercado, no cabíamos en la escuela, literalmente.
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